Adrián Gómez, un subalterno de lujo.

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No se esperaba el fatal desenlace, tampoco que una voltereta en una novillada sin responsabilidad en Torrejón de Ardoz fuese a dejar al torero en una silla de ruedas.
Fue el 23 de junio de 2008, día en que el banderillero Adrián Gómez actuaba a las órdenes del novillero Miguel Luque, cuando el quinto novillo de Antonio San Román le dio una voltereta. Ese percance le causó una tetraplejia severa. Tras una dura rehabilitación en el hospital de Parapléjicos de Toledo, el hombre de plata comenzaba a recuperar cierta sensibilidad en un brazo y el cuello. Triste mejoría para un cuerpo maltrecho y una moral con demasiados altibajos. Una neumonía acabó con su vida la madrugada del lunes, 1 de noviembre, en el Hospital 12 de Octubre de Madrid. El 24 de noviembre habría cumplido 44 años...
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